martes, 13 de julio de 2010

Oportunidades

Leo que es una tendencia generacional el buscar la felicidad como la mejor vida posible. Ya no se define por algo, un objetivo, una sensación, que quieres alcanzar o poseer, sino por el proceso, aprovechar tu tiempo, tus oportunidades al máximo. La felicidad también es relativa.

Hace unos siglos la felicidad podía ser tener suficiente para vivir, felicidad de subsistencia. Actualmente, y suponiendo que tienes las necesidades básicas cubiertas, es estar lo mejor que puedas estar en función de tus circunstancias, no lo que consigas, lo que tengas, sino cómo lo logras, la felicidad es el camino. ¿Y si lo desaprovechas? Las oportunidades pasan y raras veces están ahí esperándote. ¿Apreciamos una oportunidad cuando la vemos? ¿Somos valientes y arriesgamos lo que sea necesario porque vemos el valor de lo que podemos conseguir? ¿Se mide el valor por lo que puedes ganar o por lo que puedes perder o por un balance entre ambos? ¿Y si la oportunidad es dejar pasar la oportunidad porque hay otra mejor esperando detrás?

No hay marcha atrás, volver a empezar, siempre me ha hecho mucha gracia esa frase. No se puede volver a empezar, como mucho puedes seguir adelante por ese u otro camino. Dejando una oportunidad, tomando otra, quizá. Y, lo malo, es que el balance lo podrás hacer al final, cuando ya no solo no hay marcha atrás, sino tampoco adelante.

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