lunes, 30 de noviembre de 2009

Música que me pone de buen humor

Aunque va variando por temporadas, hay determinadas canciones que pongo cuando quiero animarme o ponerme de mejor humor. De momento, un par:

- The lion sleeps tonight

http://www.youtube.com/watch?v=oUMwu_gXK7Q

- I gotta feeling, de Black Eyed Peas, que además es de no hace mucho

http://www.youtube.com/watch?v=wFYivgUjB1A

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Salomón, 3M

Metro, primera hora de la mañana. Flujo ordenanamente caótico (o caóticamente ordenado) de personas que van y vienen. Van y van, pocas vienen, pero van a lugares opuestos, por tanto, según mi posición relativa, vienen. Rutina ordinaria, parar, abrir puertas, vomitar gente hacia la gente apelotonada fuera que espera su turno para apelotonarse dentro. Cierre de puertas y mutis por el túnel.

Carreras por entrar, prisas por no esperar 3 minutos, porque a estas horas puede representar la diferencia entre llegar a secas o llegar tarde. Carreras de preadolescentes por la emoción de llegar antes de que se cierren las puertas (¿Germen o consecuencia de la actual sociedad competitiva?). Una entra, sonriente, triunfante, medalla de oro en 50m andén; la otra frena ante la puerta, con cara de susto, ya que la puerta se cierra y se va a quedar fuera. Una mujer, presumo la madre de ambas (se parecen, una un poco más rubia, la otra un poco más alta), se debate en milésimas y se lanza valientemente entre las puertas que se cierran, quedando equitativamente entre ambas, las puertas y las hijas, nueva versión del juicio de Salomón, en la que no se reparte un hijo entre sus dos supuestas madres, sino una madre entre dos hijas que presumo ciertas. Y como entonces, la espada se retira y la madre sigue entera, con una niña de cada mano, retomando la rutina.

martes, 17 de noviembre de 2009

El hombre de la ensaimada en la cabeza

Lo he visto a lo lejos. Bueno, tampoco tan a lo lejos porque mi vista no es precisamente un ejemplo de agudeza, pero sí desde el otro lado de la calle, mientras esperaba a que cambiase el semáforo para cruzar. Primero he creído que llevaba algún extraño tipo de boina, ya que su edad y mis prejuicios lo aproximaban más a esta idea que a otra. Después me he dado cuenta que era su propio pelo, en lo que podríamos definir como una meritoria imitación de Mary de "Algo pasa con Mary". Resumiendo: el pelo cortito hasta llegar a la altura de la coronilla, donde crecía un matojo de pelo que se mantenía forzadamente erecto con algún tipo de producto químico y que le proporcionaba, bien, bien, sus 5 ó 10 cm de altura adicional. Y es que después he tenido la ocasión de observarlo mejor, disimuladamente, porque hemos coincidido un tramo del camino hacia nuestros respectivos quehaceres. De cerca hacía mejor efecto, justo es reconocerlo, y tampoco era tan bajo como para necesitar este andamio suplementario y ,aunque ignoro si es por este motivo, si tan inocuo artificio le supone un refuerzo de autoestima, por ejemplo, bienvenido sea. Que, según las ventas de libros de autoayuda, es un bien que escasea.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Gente que no soporto

Una lista no exhaustiva de personas que me ponen de mal humor:

- La gente que grita, que cree que así tiene más razón y que va a imponer su verdad imbuida de divinidad al resto de mortales que no la comparte, especialmente porque tienen criterio propio y prefieren buscar su propia opinión o contrastar algo antes de aceptarlo porque sí. La gente que no escucha.

- La gente que pierde la paciencia con otras personas que no son tan listas, tan rápidas, tan efectivas, aunque estén haciéndolo lo mejor que pueden, pero en un mundo competitivo quien no llega al nivel es descartado. La gente que pierde la paciencia con los animales sólo por ser animales. La gente que le hace daño a los animales o a los niños.

- La gente que camina por la calle o sube o baja escaleras como si no hubiera nadie más que tenga que pasar, que van en grupo ocupando todo lo ancho de la calle y sin preocuparse que alguien que tenga prisa les esté intentando esquivar. La gente que de repente se para enmedio de unos escalones porque ha recordado algo, o porque está discutiendo y le da la pataleta o no puede pensar y hablar al mismo tiempo, y se queda ahí, impidiendo que los demás suban o bajen.

- La gente que engaña a los demás y se engaña a sí mismo, especialmente cuando no hay ningún beneficio, sino solamente por la comodidad de no afrontar la realidad.

- La gente que se aprovecha de otros. La gente que organiza la vida o el tiempo de los demás porque no es capaz de organizarse a sí mismo y descarga sus obligaciones en otros. La gente que se escuda en "yo es que no sé", "de estas cosas no me entero", para no esforzarse en aprender y pretende que los demás suplan sus carencias que en ningún momento se han ocupado de subsanar.

- La gente manipuladora.

- La gente que cree que tiene derecho a quitarles a otros cualquier cosa por los motivos más extravagantes: porque ha tenido mala suerte, porque se lo merece antes que el otro, porque los demás son unos borregos que no aprovechan las oportunidades, porque lo va a aprovechar mejor, porque no lo necesita, en fin, por cualquier excusa que se le ocurra para justificar lo injustificable y evitar el cargo de conciencia, si es que lo tiene.