miércoles, 18 de agosto de 2010

Cosas de tiempo

Cosas, multitud de cosas, cosas que compras, cosas que te regalan, cosas que encuentras y que piensas que en un momento u otro te servirán para algo. Cosas que se quedan, que se llenan de polvo, y no tiras por un sentimiento de Diógenes alimentado por la Ley de Murphy que dice que vas a necesitar ahora lo que justo descartaste ayer, y por la Ley del eterno retorno, las modas son cíclicas y cada vez más rápidas, y en crisis no estamos para gastar. Cosas que llenan vacíos, que llenan huecos, que parasitan el ser con el tener, cosas que se apilan y absorben tu espacio vital, te arrinconan y amenazan con aplastamientos, un nuevo sentido a caerse la casa encima.

Pero qué pereza cada vez que piensas en deshacerte de ellas, por la revisión y la valoración que hacer, porque no te atreverás a cortar por lo sano. Debería mudarme cada dos años, como mucho, y ver que todo lo que tengo que valga la pena lo llevo conmigo.

Te propongo que no me regales cosas, no regalarte cosas. Te regalaré mi tiempo.

Tiempo, falta de tiempo, lleno de cosas que hacer, cosas que prometiste, que te obligaron, que no has podido evitar…

No hay comentarios:

Publicar un comentario